ADMINISTRACIÓN PÚBLICA, DINÁMICA DIALÉCTICA Y
SOSTENIBILIDAD EN EL SIGLO XXI
PUBLIC ADMINISTRATION, DIALECTICAL DYNAMICS AND SUSTAINABILITY IN THE 21ST
CENTURY.
Armando Castanedo Abay I
I Centro
de Estudios de Administración Pública, Universidad de La Habana, La Habana,
Cuba
* Autor para la correspondencia: castanedo@ceap.uh.cu
Clasificación
JEL: H73, H83, K23
DOI: https://doi.org/10.5281/zenodo.15292594
Recibido: 15/01/2025
Aceptado: 01/04/2025
El
objetivo central del presente artículo es demostrar cómo las sociedades
modernas, bajo el influjo de la globalización, necesitan transitar de un
funcionamiento reactivo por excelencia a uno proactivo. La creatividad
constante requerida para su adaptación y ajuste ante las exigencias vitales de
supervivencia frente al empuje globalizador, en las que las demandantes
exigencias sociales se convierten en un serio reto frente a un déficit
presupuestario pone en jaque al desarrollo socio económico de cualquier nación.
Ello conduce a que las administraciones públicas nacionales requieran de la
constante dinámica dialéctica para la sostenibilidad de su propia identidad,
encontrar mecanismos, vías y medios que les permitan incluirse en la cadena
global de producción de bienes y servicios y su intercambio transnacional.
Palabras clave: administración
pública, dinámica dialéctica, sostenibilidad, globalización, resiliencia.
The
central objective of this article is to demonstrate how modern societies, under
the influence of globalization, need to transition from a predominantly
reactive to a proactive functioning. The constant creativity required for their
adaptation and adjustment to the vital demands of survival in the face of the
globalizing push, in which demanding social demands become a serious challenge
in the face of a budget deficit, jeopardizes the socioeconomic development of
any nation. This leads national public administrations to require a constant
dialectical dynamic for the sustainability of their own identity, finding
mechanisms, ways, and means that allow them to integrate into the global chain
of production of goods and services and their transnational exchange.
Keywords: public
administrations, dialectical dynamics, sustainability, globalization,
resilience.
Introducción
La eficiencia y la eficacia de los
procederes administrativos en la actualidad dependen mucho de la capacidad de
cambio, ajustabilidad y de resiliencia, que tenga la organización de la gestión
pública. Deben ser resilientes hasta el punto de poder eliminar o modificar los
obstáculos que encuentra en su camino y que le impiden lograr sus metas más
trascendentales.
La dinámica dialéctica a que viene a
caracterizar a la nueva gestión pública debe ser de nuevo tipo, de cambio con
capacidad de resiliencia, es decir, adaptable con facilidad a los cambios del
contexto y las circunstancias, ello se traduce en una Administración pública a
la altura de las exigencias del bien público y de la satisfacción de las
necesidades crecientes de los administrados también de nuevo tipo en el siglo
XXI.
La financiación que maneja hoy la
administración pública puede verse comprometida de seguir por el camino hasta
ahora transitado extrayendo su fiscalidad de la renta y comprometiéndose, desde
lo público, con políticas que no recaudan lo suficiente para el reciclaje del
desgaste de la gestión administrativa.
El objetivo central del artículo es
reflejar la dinámica dialéctica del desarrollo de la Administración pública
moderna y su trascendental vínculo con la cualidad de sostenibilidad de su
gestión, en aras de lograr una eficiencia y eficacia en sus procesos y
consecuentes resultados prácticos.
Materiales y Métodos
Para desarrollar la contribución se
identificaron y estudiaron los materiales bibliográficos que conforman el
estado del arte del tema dirigiendo el foco de atención a aquellos extremos más
controvertidos y las conclusiones compartidas acerca de los mismos. También se
estudiaron los trabajos de investigadores, profesores, alumnos, doctorandos y
maestrantes en el ámbito de las relaciones de la Administración pública y su
mutación contante en adaptabilidad a las nuevas circunstancias en las que
desarrolla su gestión pública.
El método de análisis y síntesis
desarrollado desde lo histórico-lógico hasta la experiencia empírica a nivel de
experiencias prácticas de las administraciones públicas actuales, permite a
partir de una exposición desde la mayéutica socrática en que el lector se
pregunta y responde a la vez según lo que comprende dilucidar los caminos que
transita ala moderna administración pública.
El estudio se realizó mediante
análisis documental de textos y conclusiones de eventos y conferencias
internacionales relativas a la materia, así como resultados de tesis de
doctorados, maestrías y diplomados vinculados al tema y las claras tendencias
de los organismos administrativos internacionales en los últimos años. Su
impacto pretende ser de asesoría y alerta a la necesaria sostenibilidad de una
Administración pública eficiente y efectiva.
Resultados y Discusión
La dinámica dialéctica en la gestión pública administrativa.
Uno de los más severos problemas de
la Administración pública ha sido y amenaza con seguir siendo esla falta de una perspectiva estratégica eficiente y
eficaz, la falta de prospectiva que, sin lugar a dudas y con toda seguridad de
resultados prometedores.
Se sabe de dónde se parte, pero,
rara vez, se tiene claro y definido hacia dónde ir, por qué y para qué; de hecho,
se basa constantemente en apuntalar los escollos del camino en vez de focalizar
en el logro estratégico de sus objetivos más trascendentales; las administraciones
públicas se han venido convirtiendo en paleadoras de crisis en vez de
potenciadoras de resultados según su misión socio económica.
Las referidas administraciones
públicas, con su falta de identidad estratégica a cuestas, ni cuando deciden
hacer reformas en sus procederes ven
más allá del estado en que se encuentran en el presente; se limitan a realizar
diagnósticos del pasado y a proponer soluciones que sólo tienen sustanciación
en el futuro más cercano sin tan siquiera atender a algo tan importante que
determina su supervivencia, su sostenibilidad.
De esta manera alcanzan más o menos
éxito a corto plazo que comprometen su operatividad futura y, por supuesto, su
necesaria resiliencia frente a los cambios del contexto en que se desenvuelven
siempre que se atienda al conocimiento de los expertos de cada materia
relacionada con la solución de dificultades del desarrollo.
Lo cíclico de las crisis es lo que
ha resultado hasta ahora resiliente y ello se debe en ocasiones a haber
solucionado parte del sistema que, a la postre, modifica a la otra parte que
más adelante se convierte en crítica u obstáculo para las propias administraciones
públicas y, en definitiva, lo que las ha conducido a ser insostenibles. Sólo
queda que se modifiquen estructuralmente, bajo amenaza de una crisis de la cual
no puedan salir y, por tanto, desaparezca la gobernabilidad que las sostiene.
El aguante coyuntural, la corrección
circunstancial y las reformas ocasionales sólo alejan a la Administración
pública del administrado y conducen a este a un detrimento de su calidad de
vida y lo confina en la más clara sobrevivencia.
Díaz-Canel Bermúdez & Delgado
Fernández.1 en su excelente artículo “Gestión del gobierno orientado
a la innovación: Contexto y caracterización del Modelo”, aclaran que la gestión
de gobierno requiere de políticas de dinámica dialéctica para el cumplimiento
de los objetivos trazados con un enfoque integrado2 que sean coherentes
y compatibles con el contexto y la dirección estratégica. Para ello, es
necesario comprender la naturaleza y la dinámica de los problemas y procesos de
innovación, tener en cuenta las partes interesadas, los aspectos más relevantes
para el país o región y sus efectos transformadores en la economía y la
sociedad.3
Asimismo, deberá promover la
exportación e inserción en cadenas globales de valor, la atracción de inversiones
y la contribución eficaz y eficiente de los sectores productivos y de
servicios en la economía. La visión global de estas políticas de dinámica
dialéctica requiere de las competencias y el aprendizaje interactivo, basado en
la experiencia, el conocimiento, la cooperación y la calidad de las relaciones.4
Entonces, ¿qué paradoja aparece?,
¿cuál es la elección que se pone sobre la mesa? pues que las administraciones
públicas nacionales se modifican estructuralmente bajo un pensamiento
prospectivo y pasan a ser más proactivas que reactivas, o la intromisión de la
Administración pública global le restará gobernanza en sus propios contextos
identitarios y, en definitiva, gobernará por ellas obligándoles a aceptar
reglas del juego que nada tienen que ver con sus esencias idiosincráticas.
SusanTolchin5 razona que,
ante un panorama donde el poder transnacional impera, esa potestad planetaria
no debe ser el sujeto que mueva a su antojo a los Estados nacionales, sino una
preocupación del gobierno y un campo de acción de los manejadores genuinamente
públicos. Ese mundo del intercambio comercial no debe ser visualizado como un
paraíso del mercado, sino como un ámbito de acción del gobierno como el sujeto
con iniciativa, no como el objeto del manipuleo de las corporaciones
transnacionales privadas.
De reportarse a la necesaria e
imprescindible reforma estructural, la Administración pública nacional de hoy día
podrá filtrar estas reglas del juego de la Administración pública global y
convertirlas de manera que jueguen con su identidad e idiosincrasia sin afectar
los patrones de validación nacional pensando en sus administrados.
En cuanto a los disímiles procederes
administrativos, resulta verdaderamente trascendental que la reforma
estructural a la cual se hace referencia, analiza desde la óptica, en primera
instancia, de la satisfacción de las necesidades e intereses del administrado,
es decir, al proyectarse un proceder se debe partir de la mencionada
satisfacción y desde esta hasta el primer funcionario que deba intervenir
trazar el proceso, la ruta del cambio y, de este modo, garantizar su eficiencia
y efectividad.
El paradigma post burocrático
requiere de cambiar variados y complejos valores:
1.
Del interés público al del valor del resultado para
los clientes.
2.
De una visión eficientista a
una que imponga la calidad y el valor de resultado como criterio.
3.
De la administración de cosas a la producción de
servicios.
4.
Del control de los recursos y los gastos a la de
impulsar, ganar y obtener la confianza del público sobre el manejo de los recursos
a través del compromiso.
5.
De la especificación de funciones, autoridad y
estructura a la identificación de misión, servicios, clientes y resultados.
6.
De justificar costos a entregar valor.
7.
De obligar por responsabilidad a construir
responsabilidad.
8.
De seguir reglas y procedimientos a comprender y a
aplicar normas, identificar y resolver problemas y mejorar continuamente
procedimientos.
9.
De operar sistemas administrativos a realizar una
separación de los servicios del control, construir apoyo a las normas, expandir
las elecciones de los clientes, impulsar la acción colectiva, proveer
incentivos, medir y analizar resultados y enriquecer la retroalimentación6
¿Al quitar el velo, qué queda?, falta de presupuesto en firme
estructura.
Identificar un presupuesto para la
Administración pública en su gestión y determinar hacia dónde dirigir el golpe
principal es imposible pues no hay un solo golpe a dar sino múltiples y con
infinidad de matices, además lo relativo del desarrollo depara sorpresas
inesperadas e impactos que en realidad no son tales.
Resulta verdaderamente interesante
como se vislumbra el escenario, o más bien el abismo, hacia el cual se dirigen
las Administraciones públicas de hoy en el tema de sus presupuestos
correspondientes, tal y como lo grafica Ramió Matas7:
la Administración pública de las próximas décadas va a vivir en una
extraordinariamente compleja situación que pone totalmente en duda su
sostenibilidad económica. Va a estar estrangulada por una pinza ya que, por una
parte, se puede vaticinar una caída importante en sus ingresos fiscales y, por
otra parte, un incremento enorme de su gasto ante las nuevas necesidades de los
ciudadanos.
Si a estos dos escenarios se le
añade el nacimiento de una nueva economía (la economía colaborativa) la
situación, sobre los futuros ingresos de los sistemas públicos, es muy sombría,
tal como sigue:
–
La concentración de la riqueza en unas pocas personas
jurídicas (grandes multinacionales) y personas físicas implica unos bajísimos
ingresos fiscales por la capacidad de estas grandes fortunas globales de mover
su capital y escaparse de los sistemas fiscales nacionales.
–
La cada vez más enorme base social de personas que
viven en un modelo precario de mera subsistencia también genera un escenario de
bajísimos ingresos fiscales. La clase media irá desapareciendo tanto por la
lógica económica como por la insoportable presión fiscal que les habrán
impuesto los Estados para resistir económicamente durante unos años. Entre unos
y otros habrán matado a las gallinas sociales de los huevos de oro.
–
Buena parte de la nueva economía colaborativa va a
operar de forma gratuita sin posibilidad de aplicarle impuestos. La economía
colaborativa que si posea capacidad de generar negocio económico va a ser
difícil de imponerle una elevada fiscalidad. Tanto por problemas técnicos como
en términos de alianzas, ya que para los Estados débiles un puntal de apoyo
pueden ser los actores que dominen la economía colaborativa en su lucha por el
espacio de influencia con la economía capitalista tradicional.
Las soluciones a este panorama son
evidentes: pasar de una fiscalidad sobre la renta a una fiscalidad sobre el
consumo, aunque en una situación de contracción económica tampoco se resuelve
gran cosa. La opción más clara consiste en gravar la riqueza en vez de la
renta.
El problema es que para que esta
opción sea posible haría falta avanzar en una gobernanza pública de carácter
mundial para evitar la domiciliación de los más ricos en jurisdicciones
especializadas en muy bajos impuestos. Viene a ser un dilema del prisionero de
carácter mundial muy difícil de resolver políticamente.
Los excesivos gastos en las
políticas públicas sociales como son el tema de las pensiones y la atención
médica a una población mundial cada día más envejecida; el desenfreno de las grandes
corporaciones empresariales por identificar y emigrar a paraísos con mano de
obra barata y bajos impuestos; la aparición y desarrollo de las economías
colaborativas entre el sector privado y el público que, por cierto, al final de
la jornada, conducen a privatizar las ganancias y hacer públicos los gastos; la
gran asimetría en las tendencias del mercado laboral fluctuante entre el sector
privado y el público y la evasión fiscal, conducen a repensar las tácticas
administrativas y ponerlas un poco más en función de proyecciones estratégicas
eficientes en sus procesos de formación y ejecución y efectivas en sus
resultados y que conduzcan a reciclarle el presupuesto necesario para ello.
Una tarea para las administraciones
públicas modernas es que deben reaprender a cómo lograr que la riqueza que
utilizan en el bien público se revierta al propio erario público, cómo
encontrar vías que garanticen la amortización rápida de las inversiones en el
sector público y establecer organizaciones de economía colaborativa que
permitan la reinversión en el bienestar público.
El invertir en una gestión pública
(GP) organizada y dirigida a una eficiente interacción con las novedades de la
dinámica dialéctica a escala global sería una oportunidad y se convertiría en
una fortaleza para la sobrevivencia de las administraciones públicas
nacionales.
La Administración pública desde su
componente de ejecutividad se le ha asimilado a la gestión pública. La
intención de abordar esta “como un eslabón esencial de la dinámica de
funcionamiento económico en los diferentes países contribuyó a que se haya mantenido
hasta el presente como el centro de un creciente debate a escala internacional,
el cual abarca diversas aristas. Entre estas sobresalen:
1.
La pertinencia de insertar a la GP como parte
constitutiva de las ciencias sociales.
2.
En una posición extrema se encuentran autores que
estiman que la GP no puede ser considerada como una ciencia, sino que
representa más que todo el empleo de determinadas técnicas y tecnologías que
deben contribuir al logro de mejores resultados en el ámbito de las estructuras
gubernamentales.
3.
Bedoya y Fernando8 consideran que la GP se
sustenta en la filosofía del racionalismo económico y más propiamente de
carácter instrumental.
4.
La GP como un modo específico de combinar la gerencia
con la política o dar respuesta a objetivos de política a cumplimentar, y
5.
Echevarría y Mendoza9 enfatizan que el
campo de acción de la GP se sustenta en un mayor aprovechamiento de las
enseñanzas de la GP10
La dinámica dialéctica resiliente. Un imperativo para la sostenibilidad
de la Administración pública moderna.
Hoy resulta verdad de Perogrullo el
que una Administración pública que no se modifique, que no cambie, que no tenga
la capacidad de adaptarse a nuevas circunstancias, escenarios y hechos no es,
de hecho y esencia, una Administración pública. Es Administración pública por
eso, por tener la flexibilidad de proteger los intereses y necesidades sociales
cuales quiera sean las circunstancias en las cuales se desenvuelve.
De hecho, todas las administraciones
públicas innovan constantemente: nuevas políticas públicas, nuevos sistemas de
gestión, perfeccionamiento de los sistemas de control, dirección por objetivos,
dirección por procesos, transversalización de la calidad y muchos más procederes
que podemos colocar como ejemplos.
Digamos que la organización gestora
pública por excelencia no ha tenido buena puntería en innovar garantizando
eficiencia y efectividad en sus principales cometidos, pero, hasta la puntería,
tiene sus procesos efectivos de corrección.
Desde lo burocrático, la producción
Fordista o el tipo organizativo de administrar, ha quedado claro, con el decursar de los años, que la eficacia no engrana de modo
justo, como debía ser, con los sistemas que han permeado los procesos de
administrar lo público.
Todos ellos, de un modo u otro,
limitan en algún grado la creatividad administrativa en cuanto a las vías,
modos y medios de realizar su encargo socio económico de modo ágil, dinámico y
proactiva. También puede analizarse este hecho del modo en que no ha existido
la suficiente creatividad por parte de la Administración pública para, desde
algunos de estos sistemas, ser lo suficientemente creativa como para impedir
ver obstaculizado su ingenio en cómo hacerse más eficaz en cuanto a su gestión
pública.
Si se sigue a Stiglitz, y a
Greenwald11 sobre dinámica dialéctica y sociedad del aprendizaje,
cuando estos identifican los atributos de las organizaciones más innovadoras y
con más capacidad de aprendizaje, podemos observar que, de ellas, las de mayor
capacidad de dinámica dialéctica son:
a) Organizaciones grandes: La
vinculación de la dinámica dialéctica con organizaciones de grandes dimensiones
proviene de la literatura económica de hace más de 50 años, propiciada por los
estudios del autor clásico Arrow, que sigue estando en boga.
Las innovaciones son más valiosas
para las grandes organizaciones que pueden aplicarlas a muchas más unidades de
producción que para las más pequeñas con niveles más bajos de producción.
Existen incentivos mucho mayores en las grandes organizaciones ya que éstas son
capaces de internalizar más las externalidades que se generan con el
aprendizaje.
Además, la dinámica dialéctica es
altamente incierta y a las organizaciones y a los individuos no les gusta el
riesgo. Es más probable que las grandes organizaciones tengan menos aversión al
riesgo y, por tanto, sean más capaces de cargar con los riesgos de la dinámica
dialéctica. Es, obvio que las organizaciones grandes poseen recursos para
financiar la dinámica dialéctica, de los cuales carecen las organizaciones
pequeñas. De todos modos, hay que reconocer que existe un récord impresionante
de organizaciones grandes que no reconocen el valor de las innovaciones
revolucionarias, incluidas Microsoft, que está demasiado apegada al teclado, o
Xerox, que no admite la importancia de la interfaz amigable.
b) Organizaciones con estabilidad y
continuidad: La acumulación de conocimiento en el cual se basa el crecimiento
de la productividad es necesariamente acumulativa. Esto, a su vez, depende de
que una organización estable preserve y difunda conocimiento involucrado y de
que haya una continuidad en los empleos y en el personal para apoyar estos
procesos. Los beneficios del aprendizaje se extienden al futuro y, por tanto,
las organizaciones de larga vida valoran más estos beneficios distantes.
c) Organizaciones con una notable
acumulación de capital humano: Es probable que las oportunidades y los
incentivos para acumular capital humano, en general, sean mucho mayores en
organizaciones grandes, complejas, de larga vida y estables, con un amplio
rango de actividades interdependientes. Existe una mayor probabilidad de que
haya beneficios procedentes de una fertilización cruzada de ideas.
La acumulación de capital humano
resultante es un elemento fundamental, tanto para desarrollarlas innovaciones
de las cuales depende el crecimiento de la productividad como para difundirlas
a medida que los trabajadores se muevan dentro, entre organizaciones y entre
sectores.
d) Concentración y difusión del
conocimiento entre organizaciones: es probable que la difusión del conocimiento
entre las organizaciones de gran escala densamente ubicadas (que a menudo
producen productos diferenciados) sea más rápida que la difusión en organizaciones
de pequeña escala. El hecho de que estén produciendo bienes distintos aumenta
la probabilidad de que hagan descubrimientos diferentes.
Además, si estos productos que
elaboran son similares incrementa la probabilidad que un descubrimiento notable
para un producto sea relevante para otro. Otro elemento es el papel fundamental
que desempeña la proximidad geográfica. Los análisis más recientes acerca del
papel de los clústeres (un clúster es una concentración
geográfica de empresas e instituciones interconectadas en un campo particular,
que compiten, pero también que colaboran) muestra que la proximidad geográfica
promueve la movilidad entre empresas y que ejerce de importante catalizador del
aprendizaje y que éste se transmita.
e) Flujos de conocimiento
transfronterizos: aunque el aprendizaje se ve facilitado por la proximidad
geográfica es también importante para las organizaciones que no estén ubicadas
en países a la vanguardia de la dinámica dialéctica, puedan aprender de los
avances que se dan en otros países. Las grandes organizaciones estables poseen
los incentivos necesarios para participar en el aprendizaje transfronterizo.
Al hacer el anterior análisis y
filtrarlo a través de la perspectiva de la Administración pública, es como si se
estuviera hablando directamente de ella.
Esta –la Administración pública-, de
organización grande tiene mucho; es la más grande organización en cualquier
lugar del globo en que opere (sólo superada por la Administración global, claro
está); estabilidad y continuidad es por lo que tanto trabaja cualquier
Administración pública, de hecho el mantenerse frente a la global ya le está
dando suficientes quebraderos de cabeza; de notable acumulación de capital
humano las Administraciones públicas ganan el primer lugar en cualquier
concurso respectivo pues muchas veces los recortes de personal son los que
equilibran, claro, momentáneamente, su
ineficacia; en cuanto a la concentración y difusión del conocimiento entre
organizaciones nadie le pone un pie delante a la Administración pública, pues,
por principio, intenta homogenizar procederes para controlar mejor, sin un
intenso esfuerzo supremo de desgaste, los resultados de su gestión y, en cuanto
a flujos de conocimientos transfronterizos, ávida está la mayor organización
pública para importar know how imprescindible
para el desarrollo del país de que se trate e importar los propios imponiéndose
en una medida importante y estable en el mercado global.
En todo caso se pudiera demostrar
que las administraciones públicas han sido innovadoras con mala puntería, al
menos saben lo que es innovar. Entonces ¿qué ha faltado?; ¿dónde está el
eslabón perdido? Este es ya el tercer dilema interesante con que se encuentra
en la actualidad y otra prueba más de las tantas interrogantes que quedan por
dilucidarse en cuanto a la futura administración pública de la aldea global.
Afinando la puntería, el catalizador de la potencial dinámica
dialéctica. Algunos factores que lo posibilitan.
Un acercamiento al para qué se ha
mencionado como interrogante importante en el tema, se debe plantear que tanto
en las políticas públicas industriales, agrícolas, comerciales, educativas, de
salud pública, laborales, de asistencia social, de seguridad social, etc., es
decir, en aquellos renglones determinantes para la gestión pública, se debe incentivar
de modo sustancial la dinámica dialéctica que demuestre desarrollo
administrativo en términos de eficiencia y eficacia.
Se debe establecer un sistema de
incentivos jugoso y tentador hasta el grado en que se involucren todos los
operadores del sistema de política pública de que se trate, de tal modo el
interés individual se pondrá en función del interés general en un intercambio
de apoyo que tanto uno como el otro serán satisfechos en una relación
bidireccional y productiva para ambos.
Ocupa un lugar importante el que la
Administración pública logre esta participación en la dinámica dialéctica de
los verdaderos conocedores de los procesos productivos o de servicios, es
decir, los operadores del día a día, los que atesoran la verdadera experiencia
que sirve de savia a la dinámica dialéctica, los que contextualizan los saberes
y los ponen en función de la productividad en cuanto a la satisfacción de los
intereses y necesidades sociales.
En el Siglo XXI no se trata de
recursos humanos los que laboran a diario en los múltiples procesos y las
disímiles tareas administrativas, sino humanos con recursos, verdaderos agentes
de cambio. No en balde lo que ha hecho multimillonarias a distintas
organizaciones es el protagonismo que estas han dado a las ideas creativas de
sus trabajadores del llamado inicio de la cadena de producción, es decir, los
que trabajan en las esencias identitarias de las producciones o de los
servicios.
Queda claro que nunca antes de la
era de la tecnología, en la historia de la humanidad, ha sido tan compartido el
conocimiento necesario para mantener actualizaciones más o menos precisas de
los avances logrados por la ciencia y la tecnología en todas las esferas de la
vida, es una fortaleza y una oportunidad nada despreciable de dónde extraer
innovaciones capaces de convertir a las administraciones públicas en
organizaciones eficaces o, al menos, de reformarlas para que mantengan su
propia identidad frente a la Administración de la Aldea global.
Quién duda que hoy existe una
inmensa cantidad de datos colocados en internet de dónde extraer innovaciones
que, a su vez, tardan segundos para ser aplicadas, cuando son socializadas en
la red de redes, en los más diversos confines del mundo y ello puede
representar una diferencia sustancial para los correspondientes procederes de la
Administración pública en el actual siglo.
Lejos de ser eminentemente reactivas
como lo han sido hasta la actualidad las administraciones públicas, deben
trabajar en estas ideas para convertirse en proactivas en cuanto a los cambios
necesarios para lograr el crédito que merece su destino en tanto calidad de
vida de los llamados administrados.
Los incentivos movilizadores de la
voluntad humana y la dinámica dialéctica certera en la Administración pública
están íntimamente vinculados pues pasan por las necesidades e intereses de los
hombres y mujeres que en y para ella laboran. El ponerles en el lugar que
verdaderamente les corresponde como los artífices de la efectividad
administrativa no hará menos que motivarles a demostrar sus capacidades y
habilidades y a dar el máximo por la mejor administración pública posible. Para
ello es necesario dar la estocada a fondo y asimilar los conocimientos expertos
y ponerlos en función del desarrollo de la Administración pública.
La idea de conectar las decisiones
gubernamentales con el conocimiento experto11 es una recomendación
internacional y se ha constituido como un campo específico al cual se denomina
ciencia para las políticas o asesoramiento científico a las políticas públicas
Otro factor trascendental es
reconocer que la gestión efectiva del patrimonio público es crucial para
garantizar su preservación, uso sostenible y beneficio para la sociedad. Una
gestión adecuada del patrimonio público permite maximizar su potencial económico,
cultural, social y ambiental, al tiempo que asegura su protección a largo
plazo. Además, una buena gestión del patrimonio público puede
promover la transparencia, la rendición de cuentas y la eficiencia en el uso de
los recursos públicos, lo que contribuye a fortalecer la confianza de la
ciudadanía en las instituciones estatales.12
Por otro lado, y para cerrar el
círculo de la preparación administrativa para su gestión en medio de una
dinámica dialéctica se debe atender a que para el desarrollo de las
organizaciones que conforman la diligencia de la administración pública es
factor clave y determinante el identificar y desarrollar a partir de
competencias claras y precisas las habilidades directivas de quienes operan en
el mando y control de las mismas.
La sociedad del conocimiento y las
tecnologías va posicionando la competencia laboral de gestores/líderes y
colectivos/seguidores como intangible supremo del desarrollo organizacional.
Los avances tecnológicos imprimen dinámica y velocidad a las exigencias de los
mercados laborales, posicionando nuevas familias de competencias.13
Sin embargo, no siempre estas acciones se acompañan de socialización y ágil
aplicación en la administración pública y empresarial. A pesar de las
transformaciones emprendidas en el marco regulatorio legal y las capacidades
formadas, la práctica de gestión demuestra que los procesos de medición y
análisis del desempeño basado en competencias, enfrenta desafíos teóricos y
metodológicos para alcanzar enfoques menos intuitivos.
Qué duda cabe de que, como factor englobador. se presenta la revolución científica de
nuestros tiempos. La revolución
científica hoy impulsa las economías avanzadas hacia una nueva etapa, que
supera la llamada tercera revolución industrial, la era digital, caracterizada
por la informática y las telecomunicaciones, para entrar en “la cuarta
revolución industrial, caracterizada por el impacto de la biotecnología, la
robótica, la ciencia de los materiales, las nanotecnologías, el análisis masivo
de datos y la inteligencia artificial, en la producción de bienes y servicios.
Estas tecnologías influirán en la definición de lo que es exportable y en la
rentabilidad de las inversiones, preservando el alto valor añadido para los
bienes y servicios de alta tecnología, y acelerando la tendencia a la reducción
de precios de las exportaciones de muchos productos primarios. Ambos fenómenos,
la globalización y el cambio tecnológico, inducen a superar los viejos modelos
basados en las ventajas naturales y la industrialización sustitutiva; que ya
cumplieron su rol histórico.14
Algunas otras ideas que apuestan por la sustentabilidad de una eficaz
Administración pública en su dialéctico accionar.
En
cuanto al desarrollo sostenible en el mundo a partir de una eficaz
Administración pública, se debe tomar en consideración que la generación y el
fortalecimiento de capacidades para la gestión de programas, políticas públicas
y estrategias que propicien el cumplimiento de las metas en el corto, mediano y
largo plazo alineadas a los Objetivos del Desarrollo Sostenible, así como la
satisfacción de las necesidades de los ciudadanos, constituye uno de los
principales desafíos que enfrentan los países en la actualidad.
Asimismo,
el desarrollo de una política de innovación integral requiere comprender la
naturaleza y la dinámica de los problemas y los procesos de innovación en el
contexto socioeconómico, tener en cuenta la participación de las partes
interesadas, los aspectos más relevantes para el país o región, así como sus
efectos transformadores en la economía y la sociedad.15 Las
políticas de innovación también pueden contribuir a la adaptación de las
economías con resiliencia.16 Establecer un modelo de gestión del gobierno
con enfoque preventivo, soportado en la ciencia y orientado a la innovación
puede contribuir al desarrollo sostenible de las naciones.17
Por otro
lado, inciden en ello las competencias de los directivos administrativos. La
gestión del desempeño basada en competencias 16, 18-20 describe los
criterios para el desempeño en todos los niveles de dirección, de modo que los
trabajadores puedan comprender qué competencias se requieren para su avance,21,22
lo que permite alinear los objetivos estratégicos organizacionales a los
individuales con el dinamismo requerido. De ahí, que se necesiten competencias
basadas en la organización, individuales, técnicas y conductuales.23-26
También
en la simbiosis de acciones en el sentido indicado no se debe perder de vista
la idea de conectar las decisiones gubernamentales con el conocimiento experto27
que es una recomendación internacional y se ha constituido como un campo
específico al cual se denomina ciencia para las políticas o asesoramiento
científico a las políticas públicas
Otra
cuestión esencial a ser tratada en una Administración pública eficaz y
sostenible debe ser la manera de abordar los problemas complejos que tiene para
soluciones. La identificación de los problemas complejos (PC), es el inicio del
camino para “construir un Sistema de Conocimiento e Innovación Territorial, y
producir con ello la ciencia situada. Los PC mantienen una presencia sostenida,
no son de aparición coyuntural, afectan el logro de objetivos estratégicos para
el desarrollo de un sistema territorial, se identifican por parte de una
comunidad de actores con capacidad para interpretar dicho sistema y su
complejidad rebasa el marco de análisis convencional.”28
Más allá
de las competencias de directivos que aporten a la sostenibilidad de una
Administración pública eficiente y eficaz, es imprescindible en estos la
capacidad de adaptabilidad al cambio, y la resiliencia, interdisciplinariedad
para la interacción y colaboración, la interconectividad, la autonomía y la
gestión de la complejidad a través del aumento del aprendizaje y la
experiencia, así como la inteligencia emocional con la motivación y el
desarrollo de la perspectiva, son capacidades a desarrollar en los recursos
humanos.29
Conclusiones
Resulta evidente que corren tiempos
de cambios, de ajustes, de adaptabilidad, de montarse en la locomotora de la
globalización; por tanto, no son tiempos de reactividad, de mantener el status quo, de inmovilizar las fuerzas del
cambio, sino que una Administración pública proactiva, más que reactiva, es la
que se requiere en la dinámica del desarrollo del siglo XXI.
Es la Administración pública la
llamada a rendir honores al pacto social por el cual ella es tal cual es y, por
tanto, debe traspasar esa responsabilidad, en su metamorfosis, a la
organización administrativa supranacional. En caso contrario dejará su esencia
tan endeble que cambiará de tal modo que será cualquier cosa menos
Administración pública.
La dinámica dialéctica resiliente es
lo que corresponde desarrollar hoy en día, una dinámica dialéctica sin
cortapisas hacia la eficacia de los resultados de la gestión pública, hacia la
eficacia ligada, por supuesto, a los intereses públicos o sociales. Es lo
novedoso eficiente y eficaz lo que hará fuerte a la Administración pública en
defensa de sus principios originarios y de aquellos a los cuales representa en
los procederes de la vida, quienes, en definitiva, confían en ella como
seguridad y oportunidad para su desarrollo individual y colectivo bajo las
exigencias de la naciente aldea global.
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El autor no presentar conflictos de intereses.